viernes, 19 de febrero de 2016

LA HUELVA DESTRUIDA VI: EJE MARINA - PLACETA- PLUS ULTRA

DE LA CALLE MARINA A LA IGLESIA DE LA CONCEPCIÓN


Volvemos a centrarnos en otra abominable amputación en el corazón de Huelva, otra muestra de la absoluta falta de respeto y consideración por un patrimonio arquitectónico y social que daba sentido a la historia de una de las calles con más arraigo en la ciudad: el eje constituido por las calles Marina, Plus Ultra y Méndez Núñez (atendiendo a las denominaciones actuales), que dieron como resultado otra de las pérdidas patrimoniales más sonadas de esta ciudad; otra herencia robada en base a la más que nefasta política urbanística de la ciudad, en las décadas de 1970 a 1990; esta vez sí podemos decir que las demoliciones han sido más recientes, y aún a día de hoy quedan patente las puñaladas al patrimonio de la ciudad, en alguna parcela por construir en la propia calle Marina, tras las últimas demoliciones llevadas a cabo.


De nuevo hablamos de otra de las calles que destacaban por su elegancia, en alineaciones de casas con dos alturas, balconadas de forja y espléndidas rejas que decoraban toda la alineación de viviendas en la calle Marina, para acabar con edificios de ensueño, como fue el Hotel Granada, ya en la actual calle Plus Ultra, o casas de vecinos de exquisito sabor y tipismo, en la misma esquina de Plus Ultra con Calle Concepción. Todo, se ha perdido, sin distinción, todo, una vez más, objeto de la especulación por el suelo, y de un ansia desmedida de destrucción. 


Vista parcial de la calle Marina en su tramo de llegada a la Placeta, antes de que se construyera el edificio de la Unión y El Fénix.
Pero conozcamos un poco de los orígenes de esta singular calle.

La calle Marina fue bautizada con este nombre en 1868 como una dedicatoria a la Marina de Guerra Española del siglo XIX, puesto que en septiembre de ese mismo año habia tenido lugar la batalla del Puente de Alcolea, dentro de la revolución conocida como La Gloriosa y que acabó con la monarquía de Isabel II.

Pero la historia de esta calle y las zonas aledañas se remonta siglos atrás, cuando era lugar de esparcimiento, diversión, y entrada del tráfico marítimo desde el siglo XVI. Por entonces esta zona era conocida como La Calzada, y viene a coincidir con la actual Plaza 12 de Octubre. 

Debido a los ataques y daños sufridos por los moros corsarios, los condes de Niebla mandaron edificar un fortín baluarte defensivo en esta zona, en 1576. Adosado a sus muros se levantaba a modo de Puerta, el Arco de la Estrella, que daba acceso a la actual calle Marina.

Dibujo en el que se recrea el arco de la Estrella que se levantaba en la ciudad a final de la hoy calle Marina (Crónica de Huelva de Manuel Climent, 1866).







Antiguo grabado de la villa de Huleva, Puerto y Arco de la Estrella

 
Torre Almenara. Punta Umbría.
La ciudad y el entorno de la costa se defendía con las torres de la Arenilla (en la desembocadura del Río Tinto) y de Punta Umbría. Se trataba de dos torres almenaras (como otras diseminadas por toda la costa y que hoy en día son verdaderos símbolos identitarios) de especial entidad, que servían para avisar del peligro de piratas a las poblaciones situadas a las orillas de la Ría del Odiel y del Tinto (Hueva, Palos y Moguer).



Torre Arenillas. Puerto de Huelva.

Estas almenaras funcionaban como complemento defensivo al Baluarte de la Estrella, la Torre del Puntal y el castillo de San Pedro en Huelva.

Allá por el año 1573 el Cabildo había acordado levantar en la zona de la Calzada, y a fin de que todo el mundo de a pie, pudiera oir misa desde la misma calle, en un lugar tan concurrido, una capilla en honor a Nuestra Señora de la Estrella, encima de la Puerta del Baluarte. 





El interés del que sigue gozando este lugar, lleva a los propios condes de Niebla a realizar reformas en el Arco de la Estrella a principios del siglo XVII. Así cuentas las crónicas, que en 1609 se realizó un gasto de 286 reales para sufragar obras en el Arco de la Estrella, entre las que se encontraba el mudar el balcón al objeto de colocarlo en el centro, para cuando "sus excelencias fueran a ver el puerto y mar y pudiesen estar cuando quisiesen, como lo hacen cada día, y para que vean las fiestas que en la dicha Calzada se hacen".

Y es que aquí en la explanada contigua al baluarte y Arco de la Estrella era lugar donde en los siglos XVI y XVII se celebraban las corridas de toros, pues así lo mandaba el cabildo, por ejemplo, en 1627 cuando se acuerda que las celebraciones de toros "se hagan en la Calzada de esta villa donde se suelen hacer fiestas por ser la parte más apropósito desde lugar para ello".

Juan Agustín de Mora, a mediados del siglo XVIII, elogia este lugar: "A la verdad, sola la Calzada de Huelva es sitio de la mayor diversión. Da salida de ésta a la Ría un espacioso arco, sobre el que está fundada una capilla de Nuestra Señora de la Estrella, que arruinó el terremoto del día primero de noviembre de 1755 y tenía dos balcones, uno que miraba a la playa y otro a la Calzada, ambos de la mayor diversión, así para ver las embarcaciones, y aun el pescado, que traían, como para verlo vender amontonado. El concurso de gente, y playeros es grande...".

Calle Marina, antigua Calzada y puerta de Huelva al mar. Huelva marinera, Huelva y el mar. Esa es la Huelva que debimos recibir como herencia los de mi generación, y no la Huelva industrial, de espaldas a su ría, cercenada de la ciudad por el tránsito de camiones hacia el Polo Químico de Desarrollo, desde finales de los años 60.

Así pues estamos ante la calle por excelencia donde se concentraba la actividad comercial, relacionada sobre todo con el puerto, la actividad pesquera y los barcos, y por ser una de las vías más transitadas de la ciudad. La calle de los cafés, de los casinos, de los hoteles. en esa Huelva recoleta de principios de siglo, cargada de encanto.

Arrancaba de la Plaza 12 de Octubre por aquel entonces como vemos en estas imágenes en torno a 1920, cuando la calle Marina se llamaba Almirante Hernández Pinzón, y que después pasó a denominarse calle Sagasta:

Son las típicas construcciones que hoy pueblan, a modo de ejemplo, buena parte del centro histórico de la capital andaluza, sobre todo en las calles que circundan la zona de la Alameda de Hércules, pero que en Huelva fueron borradas de un plumazo sin siquiera merecer el beneficio de la duda.


Un poco más adelante nos encontrábamos con el hotel Internacional, en el cruce de la calle Marina con la calle Carmen:

Hotel Internacional, en el cruce de la Calle Marina con la Calle Carmen













En esta última foto podemos ver el rótulo del popular café Nuevo Mundo que se ubicaba en los bajos del Hotel. 

 

 
Cuántos edificios de este tipo quedan, como ya he comentado, en Sevilla, y que incluso han sido reconvertidos en actuales hoteles!. Nada quedó en Huelva, y este edificio vino a ser sustituido por otro (actual edificio Lusitania), que si bien es de lo mejor y más elegante que se ha edificado en el centro de Huelva, no podemos decir que reponga el encanto y el sabor del hotel Internacional:

Edficio Lusitania, en la anterior ubicación del Hotel Internacional


Tampoco hemos ganado con la sustitución del edificio que frente al hotel hacía esquina con la actual Avda de Portugal, como pueden Uds juzgar:

Antes...





Después...






En el tramo que quedaba entre el final de la calle al llegar a la plaza 12 de Octubre, se encontraba el bar La Marina, cuya fachada se sigue conservando a día de hoy.

 Antes...






Después...






Desconozco el arquitecto y el año de edificación de este singular edificio pero no me sorprendería que se datara a finales de 1800 y que en su diseño influyera significativamente el estilo de las casas residenciales inglesas, tan típicas en barrios como el de Notting Hill de la capital londinense, dada la "colonización" inglesa en Huelva en esos años, y que nos dejó muy interesantes muestras arquitectónicas en la ciudad.

Barrio de Notting Hill. Londres.


Justo frente al Hotel Internacional, el gran arquitecto José María Pérez Carasa edifica en 1930 por orden de Octavio Cersola, como casa de rentas, el que vino a llamarse más tarde edificio de la Vasco Navarra, formando el chaflán con la calle Carmen, y destacando por su inspiración modernista y por el esbelto castillete y remate en forma de aguja. Afortunadamente el edificio han permanecido en pie hasta hoy, ha sido restaurado recientemente y pasa por ser casi el único testigo de esa época dorada para la calle Marina.




























Imagen actual del edificio de La Vasco Navarra tras su restauración
En los bajos de este edificio se establecía una tienda de ultramarinos, llamada La Montanesa, muy popular en los años 50 al parecer por los grandes panes de higo que exhibía en el escaparate. 


Para acabar con este tramo de la calle Marina, veamos el aspecto de la misma, anterior a la edificación de este hermoso edificio, antes de 1930:

























En la última foto ya se ve edificada la más bella construcción de la calle Marina, el edificio del antiguo Centro de Instrucción Comercial y Casino, conocido como El Comercial, centro de reunión y de celebraciones de una burguesía que se había enriquecido con el negocio de las minas a finales de 1800. que afortunadamente no fue demolido, siendo hoy un símbolo no sólo ya de esta calle, denominada ahora en este tramo Jesús Nazareno, sino quizás en toda la ciudad, por su belleza.

 
 Aquí se aprecia aún mejor, en una foto, que está tomada con anterioridad a 1930. Este hermosísimo edificio vuelve a ser obra de Pérez Carasa, levantado entre 1921 y 1923, año en que fue inaugurado al parecer según cuentas las crónicas de época, con toda la pompa, con una cena de gala para 150 comensales.

  
En esos años, el alcalde Mora Claros había fallecido, siendo sustituido por José de la Corte, a la sazón presidente del Centro de Instrucción Comercial (Sociedad Cultural y Recreativa).

La fachada es ecléctica, combina elementos mudéjares, renacentistas y barrocos, siendo el torreón el sello del mismo y elemento más destacable. En los capiteles de las columnas del mármol que soportan los arcos de medio punto de la balconada de la primera planta se pueden apreciar las iniciales del Centro de Instrucción Comercial (CIC).

 



Ha estado ligado a las fiestas de Carnaval o Fin de año. Aún muchos años tras aquel periodo de gloria, seguía acogiendo fiestas, y fue en mi segundo año en Huelva, cuando entré por primera vez en este edificio semiabandonado, precisamente con ocasión de una fiesta de instituto. 


En 1926 este edificio acogió la capilla fúnebre del torero Manolito Litri, muerto por asta de toro en Málaga.



















Asimismo ha sido un enclave de gran sabor cofrade, especialmente la mañana del Viernes Santo, cuando se le cantaban saetas desde los balcones del edificio a la imagen del Nazareno cuando iba de regreso a la parroquia de La Concepción. Entonces y ahora, sigue siendo lugar de cita obligada para escuchar a los mejores cantaores de saetas frente a una imagen del Nazareno imponente, que encoge el alma de cualquiera.





Pero llegó la decadencia, los socios de El Comercial van desapareciendo y el edificio queda cerrado. Sea en 1996 cuando una constructora lo compra, y rehabilita. No se respetó su fisonomía y para rentabilizar la operación se hizo un recrecido de cristal, que en mi modesta opinión no le hace justicia, pero que en Huelva es el precio que tenemos que pagar para poder conservar lo que nos ha quedado. Más vale eso que haber perdido esta joya para siempre.
La rehabilitación respetó algunos elementos de su interior como la escalera de mármol con barandilla de hierro fundido, los artísticos paños cerámicos que recorren las paredes de las escaleras, una cristalera con el antiguo escudo de la ciudad y un gran reloj de la marca Regent.

Actualmente el edificio vuelve a sorprendernos, y en su planta baja se aloja una fantástica cafetería y bar de copas, reinterpretando el sabor de su clasicismo con la más rabiosa ...modernidad.


Actual bar cafetería en los bajos de El Comercial






















Menudo contraste con su interior de antaño, ¿verdad?, pero en este caso, me parece una recuperación acertada, aunque haya desparecido casi todo el antiguo interior, que podemos contemplar en esta otra fotografía.

Interior del antiguo Comercial
























Sea como fuere este edificio sigue siendo de mirada obligatoria en la actual calle Marina, donde esperemos que siga muchos años más.



En esta otra foto aérea de la calle Marina, de llos años 60 vemos el conjunto intacto aún de edificios, que comenzarían a ser demolidos en breve:



En estas fotos, que corresponderá a los años 60 ya se comienza a apreciar el inicio del abandono de las casas tan particulares de la calle, aún sigue en pie el hotel internacional, pero al fondo empiezan a aparecer las torretas de la calle Plus Ultra, en las que se instalarían los almacenes Arcos. Ya en Plus Ultra había comenzado el derribo de toda la calle que avanzaba impasible hacia Marina:

 
Frente al Comercial, y a pocos pasos más adelante, antes de alcanzar la placeta, en el mismo lateral de este edificio, podemos encontrar dos de las construcciones antiguas que poblaban esta calle, una de ellas en buen estado y la otra, con una conservación deplorable, parece estar esperando el desenlace que siguieron las anteriores, y que si se demora, es tan solo por acoger en sus bajos una cafetería. No en vano el edificio colindante fue demolido hace años con motivo del frustrado plan de urbanización del solar del Mercado del Carmen, y a día de hoy sigue el espacio dejado sin edificar. No me cabe duda que esta casa, y sus balconadas, será también borrada de la historia de esta ciudad más pronto que tarde, ante la pasividad de la ciudadanía. Afortunadamente el otro edificio al que me refiero parece gozar de buena salud, y constituye todo un ejemplo del gusto por lo neomudéjar en la arquitectura  onubense de comienzos del siglos XX.

























Y este edificio de trazas neomudéjares que ha sobrevivido al ansia devoradora de la piqueta nos sirve para introducir al que le seguía, que resolvía en chaflán la intersección de la calle Marina con la calle Gravina. El curioso y pintoresco edificio de los almacenes El Barato, que podemos contemplar en las siguientes imágenes, que yo llegué a conocer en mis primeros años en Huelva y del que siempre me llamó la atención la balconada con tejado escamado que vemos en esta fotografía:



Como no podría ser de otro modo en una ciudad con esta especie de alergia por la belleza de lo antiguo instalada sus poderes fácticos y municipales, el edificio fue demolido a finales de los 80 o inicio de los 90 y sustituido actualmente por un edificio impersonal que acoge en el bajo una conocida cadena de ropa (observamos, al menos, la conservación del edificio adyacente que hemos comentado más arriba):












Este edificio, que yo encuadraría en el estilo regionalista, si bien desconozco la autoría del mismo, creo que tiene valor sobrado para haber sido respetado. 

Y con él, se abría el espacio que conocemos como la Placeta, y cuyo nombre proviene de La Placeta de los Mercaderes, y que daba nombre allá en el siglo XV al primer mercado  a cielo abierto del que hay constancia documental en Huelva.

Configuración actual de La Placeta

Me pregunto cuántos onubenses de mi generación y más jóvenes conocerán que en este lugar tan enraizado en la historia de Huelva estuvo la Cruz de los Angeles, de hierro forjado,  que actualmente se encuentra en ese espacio tan privilegiado junto a la entrada del santuario de la Virgen de la Cinta (Plaza de los Capellanes) y que constituye un esplendoroso mirador a las marismas del Odiel.


No queda documentado el origen de la cruz que aquí se levantaba, pero sí su existencia desde hace siglos, como recoge el ilustre onubense, historiador Diego Díaz Hierro, en su Historia de la Cinta, al referir cómo se la nombraba en diversas escrituras de casas que se situaban "frente a la Cruz de la Placeta". Llegó a tener cofradia de Gloria, y popular celebración en las fechas de las Cruces de Mayo.




La cruz se reproduce en la que remata la Capilla de Santa María de la Esperanza y en la cruz de manguilla de la Hermandad de la Santa Cruz. 

Detalle de la fachada de la capilla de Nuestra Señora de la Esperanza, con la réplica de la Cruz coronando la espadaña campanario

Y volvamos a los años 50 para ver el aspecto que tenía en ese momento La Placeta, con el edificio de la Unión y el Fénix, de Plus Ultra, ya construido. Este edificio se había levantado entre los años 1947-1949, en la esquina de las calles Plus Ultra y José Nogales, proyectado por los arquitectos Fernando Cánovas del Castillo y José María Anasagasti.

Se destaca del mismo el remate de la cúpula coronado por Ganímedes a lomos de Zeus encarnado en águila, símbolo de la entidad que dio origen al edificio, y que acaban confiriendo al edificio  una fuerte presencia urbana y permanencia en la memoria histórica de la ciudad y sus habitantes





El edificio fue reformado a finales de los 90 apara acoger las dependencias de la Gerencia de Urbanismo, modificando los vanos del cuerpo de ventanas centrales de las tres plantas entre balaustradas, así como la configuración de la última planta que se cierra con ventanales. Otra intervención poco afortunada.

Aspecto actual del edificio de la Unión y el Fénix, en la Placeta.

























































Encaramaos ahora el tramo de la calle Plus Ultra, donde nada se dejó en pie, a pesar de concentrar edificios de belleza extraordinaria, derribados de igual modo, en los años 80.

En el lateral derecho de la calle subiendo hacia la Iglesia de la Concepción, nos encontrábamos con esta concatenación de belleza arquitectónica de primer nivel, no solo ya por el famoso Hotel Granada, sino por el resto de edificios que lo acompañaban.

Estamos antes otro intento de contención de una rabia que se desborda para acusar de acto de verdadero terrorismo urbanístico lo perpetrado en mi ciudad. ¿Alquien puede entender, esgrimir, inventar siquiera bajo los efectos del alcohol o hasta de alguna droga una sola razón para derribar este conjunto de edificios? ¿Qué figura delictiva debería ocupar semejante atrocidad en cualquier ordenamiento jurídico?.



Pero antes de comentar acerca del popular Hotel Granada, veamos lo que los "nuevos arquitectos" nos dejaron tras demoler esta verdadera maravilla arquitectónica:






























La impotencia cuando contemplamos que nada ha pasado a los que infringieron este tremendo daño a la ciudad es infinita.

Edificios como el primero de la alineación primitiva, de azulejería azul, tan característicos de la estética portuguesa, se pueden contemplar por docenas en el barrio bajo de Lisboa, en las calles que desembocan en la Plaza de la República. Aquí nos lo demolieron. 

Por algún tipo de animadversión inexplicable contra el neomudéjar de comienzos de siglo XX en Huelva, ninguno de los otros dos edificios permaneció en pie.

Entre ellos el popular hotel Granada:


Este peculiar y hermosísimo edificio fue construido a finales del siglo XIX. Su estrecha fachada, de apenas veinte metros de ancho, aportaba una imagen de gran originalidad en la zona al recrear con su estilo neomudéjar urbano a una pequeña Alhambra.

Este edificio merecería un monográfico, no solo por su belleza exterior, sino por la que también encerraba en su interior, y por la vida que aportó mientras existió al centro de la ciudad, formando parte de un triángulo de hoteles que conformaba junto al Hotel Colón, justo enfrente, y el hotel Victoria, en la calle José Nogales (este edificio se conserva actualmente).

Para los interesados en conocer más, en el apartado de Más sobre la Huelva Perdida, dejo el enlace a la edición digital de Adolfo Morales, Hotel Granada.

Y aquí podemos ver la foto de la vergüenza por la que nadie pagó, la de demolición, a pesar del delito que hoy todos podemos reconocer como cometido sin necesidad de que Ley alguna existiera:























Veamos justo este tramo de calle en una mañana de Viernes Santo, con el paso de la Virgen de la Amargura, justo delante del Hotel Granada, camino de su recogida en la Iglesia de la Concepción, y es que también Huelva no se entiende sin su Semana Santa, como así lo atestigua y demuestra el gentío que se agolpa en la calle a los pies de esta cofradía desde hace muchos, muchos años:

 

































En la misma calle, en la acera de enfrente se comienzan a demoler las edificaciones, para levantar en su lugar torres propias del urbanismo de los 60, que hoy lejos de representar modernidad, nos sumen en el desaliento ante su evidente y nulo valor estético. En una de ellas se instalaron los que vinieron a ser los primeros grandes almacenes de Huelva, que ya todos los de mi edad conocimos, los almacenes Arcos. Eso sí, hubo que demoler todo lo que podemos ver en las siguientes fotografías, donde se muestra el antes y el después:

Antes...




Después...









Acabamos el tramo de Plus Ultra recordando el edificio de viviendas que hacía esquina con la calle Concepción, otro ejemplo de arquitectura del sur, condenado para reemplazarlo por una verdadera aberración arquitéctonica, que hoy ocupa su lugar, dañando la vista de cuantos pasan por su lado. Sirva esta foto para una de sus moradoras, Lola, vecina y amiga, a la que estoy seguro le traerá preciosos recuerdos. Sirva de condena a los que lo demolieron y reemplazaron por uno de los edificios más antiestéticos que tengo la desgracia de conocer en mi ciudad, y que actualmente es ocupado por el Banco Santander.

En esta primera fotografía podemos contemplar además el tramo de viviendas también demolido en el margen derecho de Plus Ultra. No quiero ni pensar qué sabor tendrían nuestras cofradías de semana santa desfilando por esta calle de existir tal cual, siendo como es hoy en día, el primer tramo de Carrera Oficial. Qué salvajada sin sentido, y lo que es peor, sin castigo.























Este es el aspecto concedido a esta entrañable esquina en la actualidad, éste es el amargo legado los desalmados que permitieron tal atrocidad nos han dejado. Ojalá, más pronto que tarde veamos convertido este despojo en montañas de casquetes:





Aprovechamos las fotos para llamar la atención asimismo sobre la artística farola de forja en forma de candelabro que tantas ubicaciones ha tenido en Huelva, para acabar volviendo al cruce de la calle Concepción con Plus Ultra, y terminar también perdiendo, en la última remodelación de la calle, su precioso basamento de mármol, que servía de banco además de aportar estética, y es que no hay remedio, cada cosa que han tocado nuestros políticos ha quedado desfigurada casi sin excepción. Si bien no fue este pedestal el basamento original, para algo que se consigue mejorar, qué necesidad de eliminarlo, ¿dónde está la explicación? ¿acaso fue dañado por la empresa responsable de las obras de remodelación de la calle? y si así fue...¿no se le exigió el reemplazo por un pedestal idéntico?. Más preguntas sin respuestas, por una sencilla razón, muy pocos nos las hacemos en Huelva, y donde no hay indignación por este tipo de cosas, no hay respuesta.







Poca documentación gráfica he podido encontrar sobre el tramo que ahora discurre entre la Iglesia de la Concepción hasta la actual explanada de la plaza arqueológica, conocida antes como calle Hospital, de recoleta factura, estrecha, acogiendo y abrazando al lateral de la Iglesia de la Concepción, desde la que debería haber sido un placer ver salir de madrugada al Señor de Huelva, el Nazareno, o a la cofradía de Veracruz y Oración en el Huerto, como podemos apreciar en esta foto tomada también en Semana Santa, y en la que volvemos a ver el palio de la Virgen de la Amargura de recogida :