jueves, 17 de marzo de 2016

LOS PALACETES DEMOLIDOS

EL PASEO DEL CONQUERO: AVDA MANUEL SIUROT

Como un bello rosario, salteado de cuentas de nácar, palacetes, edificios que daban cobijo a instituciones, mansiones reconvertidas en residencias y colegios menores, unos y otros alternaban en la Huelva anterior a los años 60, desperdigadas en diversas ubicaciones, formando entre ellas una bella plegaria de alabanza a la arquitectura, al buen gusto, a la exquisitez de una pluma, una regla, y un cartabón, al compás de la medida perfecta aplicada a las formas, sencillas, o más soberbias.

Verdaderas mansiones se erguían sobre las Lomas del Conquero, dotando a este lugar y barrio de Huelva, del señorío propio de las villas ribereñas del norte de la península. Un emplazamiento y mirador sobre el Odiel, tan propicio para este tipo de construcciones, que pareciera haberse levantado para albergarlas.

Una de ellas destacó sobremanera sobre el resto, la que vino a conocerse, entre otros nombres como el chalet de El Sordo o Villa Conchita, emplazada al comienzo de la avda Manuel Siurot frente al sobresaliente edificio del Instituto Rábida de mi alabado Pérez Carasa. 


Y es que fue, otra vez, el insigne arquitecto municipal José María Pérez Carasa, el encargado de convertir según su plan de ordenamiento de 1929, una zona degradada entre cabezos, en una verdadera ciudad jardín salpicada de centros culturales y de enseñanza, y aunque no llegó a desarrollarse con la ambición concebida, sí dejó muestras de una arquitectura soberbia, como es el caso del palacete neoplateresco de Villa Conchita.


Las fuentes dicen de este palacete, que se trataba de un edificio de corte regionalista, en el que se mezclaban algunos elementos propios de la arquitectura inglesa, tan presente en la historia de Huelva a finales del siglo XIX y comienzos del XX. 



En todo caso, sus aires románticos, a mi parecer, recuerdan construcciones, que si bien contaban con una decoración en sus fachadas más suntuosa, bien podrían considerarse fuentes de inspiración del palacete onubense (cuya autoría debo confesar que desconozco), y entre las que me atrevería a citar la aristocrática Quinta de Regaleira, en Sintra (Portugal) o el actual Museo de Bellas Artes de Vitoria, frente al palacio de Ajuria Enea, en la capital vasca.




Quinta Regaleira, Sintra (Portugal)

Otra perspectiva de la Quinta de Regaleira, en Sintra.

Museo de Bellas Artes, Vitoria.
Fue la residencia de Francisco García Morales, que fuera hermano mayor de la Cinta en los años veinte del pasado siglo. Durante los años de la dictadura de Franco, esta construcción estuvo dedicada a internado para niños huérfanos y pobres, y se le conoció como “El internado del Frente de Juventudes” hasta su cierre por falta de recursos hacia 1945. Unos años más tarde, quedará reconvertido a Colegio Menor, siendo el primero de España (de nuevo Huelva aparece como pionera en otra faceta más), y así se mantuvo, funcionado hasta el año 1960, año en que cesa su uso, comenzando el declive. Una vez más la década de los 60 supone el inicio de la devastación del patrimonio onubense. El chalet fue abandonado a su suerte, hasta que su estado de ruina y las nulas intenciones de recuperarlo, lo condujeron al derribo, a principios de los años 80. Yo llegué a Huelva en 1983 y esta maravillosa construcción no forma parte de mis recuerdos, por lo que muy posiblemente ya en ese año se hubiera demolido. 

En esta fotogradía podemos observar ya el edificio abandonado, seguramente en la década de los 70.



Aunque el uso al que se destinó el edificio no es algo que me importe particularmente, hemos comentado que se trató del primer Colegio Menor de España, impulsado por Antonio Andrés Díaz, inspector provincial de Juventudes, que había sido enviado a Huelva en 1949 desde su Almería natal, a fin de resolver unas polémicas gestiones de la Delegación Provincial, que acabaron con su designación como Delegado Provincial y sus estancia en Huelva por unos años. Durante este tiempo encontró el apoyo necesario para llevar a cabo su idea, por lo que el chalet de “El Sordo” fue reformado y así el Colegio Menor pudo abrir sus puertas, dedicado a acoger estudiantes desplazados, aquéllos otros capacitados con necesidad de becas, e internar a estudiantes para completar su formación.


A la hora de demoler, nada ha importado en Huelva, ni historia, ni siquiera el merecido honor que deberíamos guardar hacia quiénes dotaron de valor y simbolismo a esta vieja ciudad nuestra, echada abajo. 



Villa Conchita, ya en estado de ruina

El estado actual de esta zona, lo podemos apreciar en esta vista 3D:


A pocos metros de este Colegio Menor, se alzaba otra construcción de marcado señorío, completando una fachada imponente hacia la avda Manuel Siurot, destacando en su perfil el alminar y su remate con balconada. Lo podemos ver en las siguientes fotografías, la primera de ella de especial valor en tanto que fue tomada durante la única nevada caida en Huelva durante décadas, en los años 50. 




En esta siguiente fotografía, podemos contemplar el antes y el después de esta bellísima casona:


O si lo queremos ver en perspectiva 3D, podemos observar el "bello" edificio que vino a sustituir a este palacete:


Al menos observamos que la casona con torreón de sección cuadrada junto al edificio, obra de Pérez Carasa sobre 1920, sigue permaneciendo en la actualidad como vigía de ese pasado. Un mínimo consuelo. Se trata del colegio Montessori.

También entre las pocas construcciones de interés que han sobrevivido en este paseo del Conquero, nos queda el actual colegio Santo Angel, asentado en este chalet desde 1957, pero que fue en su origen la antigua vivienda de Félix Vázquez de Zafra. Fue construido por Pérez Carasa en 1930,  utilizando elementos característicos de la arquitectura de la ciudad anterior a los años treinta, manifestando también una clara influencia del modernismo catalán. 
 
Y tan reformado y desfigurado por las desgraciadas intervenciones realizadas entre 1988 a 1991, al comienzo de este paseo, encontramos lo que hoy en día es la delegación de Industria de la Junta de Andalucía, y que originariamente fue el edificio donde se ubicó la Sección Femenina, del arquitecto Antonio Domenech Pastor y construido en 1945, con claras reminiscencias afrancesadas del siglo XIX, inspirado en los balnearios de la época. Como bien digo, en la desastrosa intervención realizada a finales de los 80 por Fermón Redondo Martin, sólo se dejó en pie y a la vista el elegante cuerpo superior del edificio, todo lo demás es fruto de la carencia absoluta de buen gusto y de una nefasta idea no ya de una reforma, si no del propio concepto de arquitectura. Y si no Juzguen Uds mismos: