miércoles, 3 de febrero de 2016

LA HUELVA DESTRUIDA IV: EL ANTIGUO BARRIO DE SAN SEBASTIAN



En esta ocasión, siguiendo la estela de la Huelva perdida, voy a recordar el antiguo barrio de San Sebastián, por dos motivos. El primero y fundamental por ser mi barrio en Huelva hoy en día, ya que es aquí donde se encuentra mi casa, justo en lo que era la Plaza de los Litri, y más concretamente, la misma casa de la dinastía torera, ahora con fisonomía completamente alterada. Y en segundo lugar por tratarse de un barrio que yo mismo conocí en pleno proceso de demolición a finales de los años 80, cuando ya sólo era un lugar poco recomendable para transitar, abandonado y en estado de ruina, conectado a las puertas del centro de la ciudad por la que era su arteria principal, la calle San Sebastián.


Por aquel entonces, que coincidía con mis primeros años en Huelva, yo residía con mi familia en el bullicioso y más poblado barrio onubense de Isla Chica, y no tenía conocimiento ni ligazón alguna con el antiguo barrio de San Sebastián, como ya digo, en estado de descomposición en esa época. Fue años más tarde, cuando nos mudamos al nuevo espacio urbano creado por la nueva y flamante calle Pablo Rada, que vino a dotar a la ciudad de un aspecto más acorde y propio de una capital, eso sí, asentándose sobre en ensanche que vino a destruir todo lo existente del antiguo barrio.


Esta vez no voy a hablar de un gran patrimonio arquitectónico perdido, ya que el barrio respondía, salvo algunas excepciones que luego veremos, en su humildad y apariencia a las típicas calles de un pueblecito, que sin embargo, siguen existiendo en capitales de nuestro país (no hay más que pasear por ejemplo por las calles de la judería cordobesa), reconvertidas en barrios añejos llenos de encanto. ¿Hubiese sido ese el caso de Huelva de haberse conservado, y mejorado siguiendo esa línea conservacionista? No lo sabemos, esa posibilidad nunca se puso sobre la mesa, pues la calle San Sebastián, arteria del barrio al que daba nombre, estaba llamada a ser el eje de entrada al centro de la ciudad desde la carretera de Sevilla, ya en el Plan General de Ordenación Urbana de 1964, formando parte vertebral del proyecto de avenida central donde no cabían espacios angostos, ni calles estrechas.


Veamos cómo era el aspecto del barrio cuando Huelva era una ciudad de escasa población antes de la llegada del Polo de Desarrollo, y en la que fuera del núcleo del casco antiguo, se sucedían los espacios de huertas y campos. He bordeado lo que era por aquel entonces el barrio de San Sebastián, incluyendo en el lateral izquierdo, el cabezo donde se ubicaban las clínicas de los doctores Mackay y MacDonald, de las que hablaré en otro capítulo de este blog.





Vemos en esta fotografía en primer término el cementerio de San Sebastián, rodeado de huertas, del que arranca la calle homónima hasta el ensanchamiento que constituía la Plaza de los Litri, donde hoy se levanta el monumento a la dinastía torera. Y de ahí, esta popular calle se entremezclaba con las zonas anexas del barrio alto de Huelva, plaza de San Pedro, plaza y ermita de la Soledad, calle Madre Ana, calle Jesús de la Pasión, calle San Andrés, cabezo de La Joya, calle del Matadero..

Cementerio de San Sebastián
En el cementerio de San Sebastián se encontraba la capilla que desde muy antiguo cobijaba, como protector de la ciudad ante las plagas y epidemias, la figura del Santo del mismo nombre. Era San Roque, en su ermita en el otro extremo de la ciudad, la Vega Larga, hoy barrio de la Merced, el otro protector de la Villa. El inicio de la devoción por el santo que da nombre al barrio, se remonta nada menos que a 1.526, si bien su nombramiento como Patrón de Huelva no llegaría hasta el año 1738.



Diversas han sido las imágenes del Santo de las que tenemos constancia, y como muestra de ello aquí os expongo la que se considera la imagen primitiva, que fue la que procesionó por las calles de Huelva hasta el año 1941 y que por encontrarse en la sala de autopsias del cementerio en el estallido de la Guerra Civil, se salvó de las llamas y de la masacre destructora de los milicianos del Frente Popular. Hoy en día recibe culto en la Parroquia Mayor de San Pedro (primera fotografía). En la segunda imagen vemos la escultura que se puede encontrar ahora en el Museo de Huelva, tras cesión por parte de Cepsa de la misma, y que antes habia pertenecido a una familia onubense. Esta imagen también fue hallada, despiezada, en el cementerio de San Sebastián y se data en el siglo XVI. Al parecer no está documentado cuál de las dos imágenes corresponden a la primera imagen primitiva del patrón. Por último encontramos la actual imagen del Patrón, de Pérez Comendador del año 1941, y que llegó a estar en una exposición en Madrid. Su sede actual es la Iglesia de San Sebastián , mandada edificar por el primer Obispo de la diócesis de Huelva, en los años 50, Cantero Cuadrado.



1. Imagen primitiva del Patrón San Sebastián, actualmente en la Iglesia de San Pedro. 2. Escultura de San Sebastián en el Museo de Huelva, atribuida como primitiva imagen del patrón. 3. Imagen actual del patrón de la ciudad de Huelva, de 1941.


Iglesia de San Sebastián bendecida en enero de 1959



Y para los que estéis asimismo interesados en la imagen del Santo del siglo XVI que se encuentra en el Museo de Huelva os animo a ver este interesante video:




Una vez conocida la vinculación del barrio con su Santo y Patrón de Huelva, volvamos a repasar sobre fotografías la profunda transformación del mismo, y la destrucción de todo el barrio antiguo:


Para hacernos una idea de lo que entonces era el barrio y lo que es hoy, vamos a intentar recuperar las imágenes de lo que habia entonces y lo que ahora ocupa ese lugar,y empecemos por una vista aérea del barrio, donde he vuelto a rodear el equivalente a las trazas del mismo que mostraba más arriba:




 

Sobre el antiguo cementerio se asientan ahora la fuente y los jardines de la Avenida de Andalucía.Del primer tramo de la calle de San Sebastián, antes de alcanzar la Plaza de los Litri, no queda absolutamente nada.




Pero en esta Huelva, que nunca deja de sorprenderme, comenzamos a hacer de las ruinas, inspiración de artistas, y así nacen verdaderas estrellas del arte urbano, que están imprimiendo en estas zonas degradadas por la piqueta, el valor que la pésima gestión municipal y su acostumbrada desidia les siguen negando. Ejemplo de ello son las pinturas murales de Wild Welba sobre los restos de muros de las casas antiguas adosadas al Cabezo de la Joya de la capital onubense. Un animalario que ya rebasa las fronteras de la ciudad y que llevará a este artista al mismo Nueva York (Los animales de Wild Welva toman Huelva).



Qué mejor manera de demostrar dónde es capaz de llegar la iniciativa de los ciudadanos cuando la gestión de los ediles en el ayuntamiento no aporta alternativas.

Disfrutemos pues de esta aportación bajo las faldas desnudas del cabezo.


En este video puedes ver más del proceso creador de este artista, natural de Bonares:























El avance de las demoliciones de las casas en cuyos restos encontramos las obras de Wild Welba y el inico de las nuevas construcciones en esos años 80, en el lateral del cabezo de la Joya, lo podemos ver en esta otra fotografía:





Hoy en dia encontramos la calle convertida en avenida, y justo este tramo es ahora el mostrado a continuación:





En la confluencia de la calle San Sebastián con el antiguo callejón Montrocal, que luego pasó a ser calle Mackay MacDonald, nombre que conserva en la actualidad, se encontraba la Casa familiarde los Litri.


Las fotos del antes y del ahora se muestran a continuación:
Casa de los Litri



Actual edificio construido en el lugar que ocupaba la Casa de los Litri




Antiguo callejón Montrocal, luego calle de los doctores Mackay y Macdonald







Callejón Montrocal ya en estado de abandono previo a la demoliciòn

Aspecto actual del antiguo callegón Montrocal, como único vestigio queda el eucalipto del fondo.

 En las fotos antiguas podemos apreciar el artístico retablo que daba nombre a la calle, y que tampoco se conservó, ni en deferencia a la memoria de los ilustres personajes a los que dicha vía era dedicada. Un verdadero despropósito que solo deja ver una incomprensible fiebre destructiva que todo lo arrasa. No encontraremos hoy en día rótulo tan artístico ni valioso en toda la ciudad.



Continuación de la calle San Sebastián desde la Plaza de los Litri en dirección al cementerio


Misma perspectiva de la foto anterior hoy en día

Cotinuación de la calle San Sebastián desde la esquina de Montrocal hacia el centro de la ciudad.























Hotel Monteconquero ubicado sobre el espacio que ocupara la alienación de casas de la fotografía anterior

Aspecto de la plaza de los Litri en la intersección de las calles San Sebastián y Jesús de la Pasión


Aspecto actual de la antigua Plaza de los Litri, con el monumento sobre la rotonda dedicado a la dinastía de la familia. Vuelve a resultar curioso que sólo se respetara la palmera que se ve al fondo en la calle Jesús de la Pasión..





Antigua calle Jesús de la Pasión, y al fondo la casa de los Litri
Aspecto actual de la calle Jesús de la Pasión




















Cuentan las crónicas, que todo este barrio de San Sebastián, castizo donde los hubiera, era la cuna del toreo y la tauromaquia de Huelva, desde siempre, y fundamentalmente desde los años 30 a los 60, y que en torno a sus tabernas típicas andaluzas que jalonaban la calle hasta el antiguo cementerio, se reunían las grandes figuras del momento, toreros, mozos de espadas, banderilleros, picadores y aficionados y críticos. Tertulias, y cantes de la tierra, propios de una época tan lejana como nos puede parecer a día de hoy en una ciudad donde cuesta tanto mantener los símbolos que le imprimían su antigua personalidad.


Bares y tabernas entre las que se encontraban, y recojo en este sentido información publicada en el diario Huelva información en uno de esos artículos costumbristas que nos regala de vez en cuando, La Parra Chica, La Parra Grande, la Tertulia Manolito El Litri, La Jangarilla, Casa Joseli, El Altillo, El Salao, Bar San Sebastián, Casa Márquez, Sobrino del Salao, el Paraguas, Bodegón el "Litri" y Casa Honorio, y personajes del mundo del toro como la dinastía de los Litri, formada por el Mequi, Miguel Báez Quintero Litri I, José Báez Quintero Litri II, Manolito Báez Litri, hijo de Miguel, y su mozo de espadas El Salao, Miguel Báez Espuny Litri y Miguel Báez Espínola Litri. Además de esta dinastía también nacieron y se criaron los siguientes toreros: Simón Quintero El Trono, Gumersindo Sala Limón, Manolo Álvarez, José Cumbreras Pinete, Pepe Gallardo, Alejandro Arnó El Venezolano, Juan Medel El Lobo, Hilario Navarro Hurtado y su hermano Manuel Navarro Hurtado, Eduardo Pérez Ceballo Bogotá, Pedro Quintero Macías El Gallero, Jesús Abril, Pedro Domínguez Villegas Sochantre, El Tío Pimo, conocido como El Duendecillo Torero, Manuel Díaz Velita, hijo del célebre banderillero del mismo nombre, Francisco Cartes Díaz El Galapaguito, José García El Caramelo, los hermanos Riquelme, Juan y Manolo y Lázaro Gallego El Nini. Junto a éstos también destacamos a los picadores José Ortiz Changüe, Antonio Boa Romero, El Charpa, El Moño y Camilo El Tremendo, constituyendo la constelación dorada de lanceros o picadores.


Hemos volado entre pasado y presente sobre la calle San Sebastián. Pero para hacernos una idea de la metamorfosis experimentada por esta zona, y su radical transformación veamos estas dos fotografías, que representan el mismo espacio urbano con una separación temporal entre ellas de unos 40 años, o alguno más:




































En rojo he resaltado la única casa que ha quedado como testigo de aquéllos tiempos, una sola casa superviviente a la demolición completa y exhaustiva de todo un barrio.
 

En esa destrucción, como dije, se eliminaron sin distinción casas sin valor arquitectónico, pero también verdaderas bellezas de edificios, como fue el caso, ejemplo de arquitectura neomudéjar, de la que se conocía como la pequeña Alhambra, que marcaba el fin de la calle, justo en su desembocadura ya en la calle Palos.

Se aprecia en la anterior fotografía antigua, pero la podemos ver mejor en las siguientes. Juzguen ustedes la poca distinción que se hizo a la hora de ensanchar el espacio reservado para la nueva avenida y no intentar salvaguardar de algún modo, joyas como ésta.






En esta preciosa fotografía vemos la Hermandad de la Borriquita desfilando en alguna Semana Santa de los años 50 probablemente, justo al lado de este bellisimo edificio entrando en la calle Palos.
















 


Hoy es dificil reconocer este espacio, Plaza de Quintero Báez, o como la conocemos popularmente, La Palmera, ya que las edificiaciones del fondo junto con el edificio de la Alhambra, fueron demolidos, para abrir la conexión con la Vía Paisajista.

Y tal como esta prolongación de la calle San Sebastián hasta la entrada a la calle Palos, y que hoy en día es la calle Pablo Rada, fue borrada de la faz de la historia de Huelva, quedándonos el único consuelo de ser hoy en día una solución urbanistica que al menos ha aportado cierto empaque y creado una zona de restauración de las más concurridas y animadas de la ciudad, otras calles de encanto singular fueron aniquiladas para no dejar nada en su lugar, al menos nada destacable, nada necesario, nada que pueda usarse para justificar su desaparición, como fue en caso del callejón Madre Ana, donde ver pasar al Cristo de Pasión, en esos años, tuvo que se una verdadera delicia.


Y a punto estuvimos de ver sucumbir ante la desidia y el abandono, uno de los edificios con más historia de la ciudad, la ermita de la Soledad, que merece en si misma un capítulo completo, al que me dedicaré más adelante, pero que al formar parte de este espacio urbano vengo a resaltar ahora. Debemos su conservación al patronazgo de El Corte Inglés, que recién instalado en Huelva en los años 90 donó los fondos necesarios para su restauración. Actualmente la ermita acoge en su seno a una de las más antiguas cofradías de Huelva, la del Santo Entiero. Tras más de 30 años, seguimos esperando que algún gobierno municipal devuelva a la zona la extirpada Plaza de la Soledad, que también fue barrida en el proceso de ensanche de la nueva avenida, para no proyectar nada en su lugar.


En las siguienetes fotos podemos ver el aspecto de la antigua plaza de La Soledad, con la ermita al fondo de la misma, encabezando el espacio. Se encontraba asimismo en esta plaza la casa de Alonso Sánchez, al que algunas fuentes asignan la llegada a las Indias, antes que el mismo Colón, y al que comunicando tal hecho, alentó a emprender la Gesta del Descubrimiento.





 

La degradación que alcazaron Plaza y ermita en los años 80 queda patente en las siguientes fotografías, donde parece casi imposible que la ciudad pudiera mantenerse en ese estado de descomposición ante la pasividad de todos:




Afortunadamente, y aunque el proceso de restauración modificó sustancialmente su fachada, a día de hoy al menos podemos decir que seguimos conservando esta ermita cuya historia veremos en otro post.