domingo, 7 de febrero de 2016

LA HUELVA DESTRUIDA V: LA CLINICA DE LOS DOCTORES MACKAY Y MACDONALD

LOS DOCTORES MACKAY Y MACDONALD


Da la casualidad,y sirva ello de entrada, que mi casa en Huelva se asienta entre las calles San Sebastián y Mackay - Macdonald. Pero si preguntáramos a los onubenses de hoy en día quiénes fueron las personalidades a las que se dedica esta calle, pocos acertarían a explicar el origen y la obra de sus protagonistas.

Es el mal que pesa sobre la ciudad, el nulo interés por transmitir su historia, sus hechos, sus personajes. Como ya he comentado, en una capital de la que nadie habla, si no es para mal, mayor motivo es disponer de un Museo de la Ciudad, donde los interesados, como el que suscribe, pudiéramos saciar el ansia de conocimiento de esta tierra. Parece que es algo que no preocupa a ningún alcalde ni autoridad de cuantas han ido sucediéndose en la poltrona municipal.

Desde aquí quiero agradecer, en este sentido, la encomiable tarea de divulgación que medios de comunicación como los periódicos Huelva Buenas Noticias (Mari Paz Diaz, Emilio Romero) y Huelva Información (Eduardo J. Sugrañes) realizan para difundir el pasado de Huelva. Y es aquí, en estos diarios, donde más información he encontrado sobre la figura de los doctores ingleses que llegaron a Huelva contratados por la Riotinto Company en los años de explotación de la cuenca minera, para dar servicio y asistencia a sus obreros.

Pero su labor no quedó reducida a los empleados de la compañía, sino que acabaron implicándose con todos los onubenses, no dudando en disponer de su patrimonio económico personal para ayudar de manera altruista a quién necesitaba de sus cuidados. Todo un ejemplo.

William Alexander Mackay
Ian Macdonald

William Alexander Mackay había nacido en Escocia en 1860 y se había doctorado en medicina por la universidad de Edimburgo. Llega a Huelva en 1880, contratado por la Riotinto Company Limited, donde, a la sazón, su hermano mayor John Sutherland Mackay, estaba al frente del departamento médico. Ya nos podemos hacer una idea del carácter desprendido de este médico, que dejaría atrás su vida en su lugar de origen, para llegar a una ciudad pequeña a orillas del atlántico, donde no había agua potable aún en las casas, pero que gracias a la venta de las minas de Riotinto a la compañía inglesa, había sido finalmente situada en el mapa.

Ya residiendo en Huelva, años más tarde llega incluso a ingresar en el Colegio de Médicos y Cirujanos de Madrid. Una vez establecido en la ciudad comienza a prestar sus servicios en diversas clínicas junto al doctor José García López, que se van sucediendo por las calles del centro de la ciudad. En una de ellas, la que disponía en la hoy desaparecida calle Monasterio (en la plaza de las Monjas), atendía una vez a la semana de forma altruista a los que nada tenían.


El Colegio Francés, antiguo Hospìtal de la RTCL, en la esquina izquierda de la foto
¿Cuántos en Huelva saben que el desaparecido Colegio Francés de la cuesta del Carnicero fue Hospital de la Riotinto Company inaugurado en 1885? ¿Y que fue el mismo doctor Mackay quien lo diseñó siguiendo las últimas directrices sanitarias expuestas en París en una convención de médicos europeos?. Parece increíble que siendo Huelva tan adelantada en tantas cosas, tantos lo ignoren y tanto se calle.
Otra perspectiva del Colegio Francés desde la cuesta del carnicero


Este hospital, posteriormente Colegio Francés, se demolió hace unos años, esta vez bajo autorización del gobierno municipal de Pedro Rodriguez (Partido Popular). Aún tratándose de una propiedad privada, no llego a entender cómo no gozaba, por su historia, de ningún tipo de catalogación que pudiera salvarlo. Volvemos a perder otro trozo de nuestra historia. En su lugar hoy en día, se levanta una torre de viviendas. En el subsuelo aparecieron restos del acueducto romano de Huelva, que al menos se puede contemplar ahora en el atrio de entrada al edificio.

Será en 1898 cuando ambos doctores, William Alexander y su sobrino Ian Macdonald, abran una clínica en la calle La Fuente.Precisamente en esta calle encontramos hoy en dìa la que fue clínica de otro de los más insignes cirujanos de Huelva, Francisco Vázquez Limón, que junto con Féliz Sanz de Frutos, pasan por ser los dos nombres de más relevancia ligados a la historia del Hospital Provincial, que quedó instalado en las dependencias del antiguo convento de la Merced tras su compra a los duques de Medina Sidonia por la Diputación Provincial. Hoy en día podemos serntirnos afortunados de seguir conservando ambos edificios, las correspondientes clínicas de los dos meritorios cirujanos, en calle La Fuente, la de Vázquez Limón, y en calle Vázquez López, junto al Gran Teatro, la de Sanz de Frutos. Dado que Vázquez Limón, regresa a Huelva, tras sus brillantes estudios de Medicina en la Facultad de Sevilla, ganando la plaza de Jefe de Cirujía en el Hospital Provincial en julio de 1928, estimo que el bello y modernista edificio que alberga su clínica, y que se data en el primer cuarto del siglo XX, no debió ser antes la clínica de Mackay en esta calle, aunque que en una ciudad tan pequeña se sucedieran dos clínicas en tan corta calle, no deja de ser mucha casualidad. Si logro contrastar la coincidencia de ambas en el mismo elegante caserón, así lo indicaré en este post.

Antes de volver con nuestros doctores ingleses, veamos cómo eran y son (en un "excepcional" caso de conservación en Huelva) estas bellas y señoriales casonas:


Antigua Clínica Vázquez Limón

Antigua clínica Sanz de Frutos
Para conocer más sobre la figura de estos cirujanos, y en especial de Francisco Vázquez Limón, podéis consultar la sección "Más información sobre la Huelva Perdida".

Volvamos tras este inciso en favor de estas dos preciosas contrucciones salvaguardadas, al devenir de nuestros doctores ingleses. No resultando suficiente el espacio de esta clínica sita en calle La Fuente, los doctores necesitarían de una clínica de mayor tamaño para atender a los enfermos y que estuviera situada en un espacio más saludable. Y es así como se viene a edificar una preciosa clínica en el alto que hoy ocupan los chalets en la confluencia de las calles Montrocal y Duque de Ahumada, y que por aquel entonces el paraje era conocido comoViñas de San Pedro, al que se accedía desde el barrio de San Sebastián por la mencionada calle Montrocal.

Y como todo lo que en esos años se construía, el edificio de la nueva clínica, obra del arquitecto Moisés Serrano (ver Palacio de Mora Claros en la entrada correspondiente de la Calle Puerto), resulta cautivador por su belleza, mezclando estilos modernistas e inspiración británica. Me recuerda en cierta medida, y evidentemente salvando las distancias, en su torreón semiesférico, o en los remates almenados a los pabellones del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo de Barcelona.




 El edificio se construyó en poco más de un año y fue inaugurado en junio de 1913.




El edificio contaba con dos cuerpos: el conocido con el nombre de Virgen del Carmen y el otro, La Salud. En total disponía de 20 camas y de numerosos adelantos técnicos.


Hospital de la Santa Cruz y San Pablo. Barcelona.

La clínica se edificó junto a las viviendas de los dos doctores y que se habían construido en el mismo paraje de las Viñas de San Pedro, en el año 1911, siendo proyectadas y construidas por el arquitecto Luis Mosteiro. Y así podemos ver en las dos siguientes fotografías, el conjunto de la clínica y los dos caserones de similar belleza, que constituían las viviendas de tan ilustres personajes.


























La casa que aparece en primer término con torreón cónico era la del Doctor Mackay, y la que figura un poco más atrás la de su sobrino Macdonald.


Casa Mackay. Archivo personal Emilio Romero.


De nuevo contemplando estas fotografías me cuesta mucho reconocer en ellas la ciudad que hoy se nos presenta, pareciese que nunca llegara a existir lo que en estas fotos vemos, devorado por un ansia destructora irracional y por la mayor de las desidias.



Vista de las casas de los doctores Mackay y MacDonald desde la calle Federico Mayo. Foto procedente de archivo de Diego Lopa (Las caras de Huelva).

Como ya nos podemos suponer, la clínica fue echada abajo en 1976 sin el menor pudor, tras el abandono y la nula protección monumental por parte de autoridad alguna. Previamente a su demolición fue Centro de Auxilio Social para Jóvenes José María Patiño.

A duras penas los casas señoriales de los doctores han pervivido hasta nuestros días, eso sí, en estado de casi ruina y ahogadas por edificaciones que han devorado todo el espacio ajardinado que las rodeaba, y que yo mismo pude conocer a la edad de 13 años. Por aquel entonces, mi primer año, en Huelva, cursaba último curso de EGB en el colegio Virgen de los Milagros, cuyo patio lindaba con los jardines de la casa que fuera del doctor Macdonald. La fortuna quiso que durante un partido de fútbol, la pelota saltara la tapia del colegio y fuera a parar al citado jardín y que yo tuviera que ir a recuperarla. Fue así como entré en los terrenos de aquella mansión, que me pareció una casa de cuento, precedida por unos hermosos jardines y una piscina.

Hoy en día ha desaparecido el patio de recreo del colegio, han vendido su parcela a una urbanización que ha quedado a medio construir y que ha ahogado completamente el espacio, acabando con las zonas verdes y encajando las casonas de los doctores hasta hacerlas casi invisibles. No paramos en la tarea de destrozar el legado recibido, sea por iniciativa pública o privada.

Aspecto actual de la zona donde se ubicaba la Clínica y donde sobreviven las casas de los doctores



En el año 2004 el aspecto de esta zona era aún el que yo conocí de adolescente, he señalado incluso el lugar del patio del colegio donde cursaba EGB:


Y ya en el año 2007 vemos el daño causado por las explanaciones para la constucción de las nuevas viviendas. Desconozco qué fue de mi colegio de la infancia, pero he de suponer que cesó en sus funciones y sus terrenos de esparcimiento fueron vendidos, siendo demolido incluso aquel teatro que teníamos en el patio, y que se puede ver en la fotografía con fachada blanca y tejado a dos aguas, haciendo esquina entre las tapias que lo separaban de los jardines de la casa Macdonald, y el patio de los Maristas, y donde a punto estuvimos de representar El sueño de una noche de verano, de Shakespeare. Sueños ya enterrados en más hormigón formando parte de la fiebre devoradora de mi ciudad.




Casa Macdonald. Archivo Emilio Romero.
 

Hace escasos meses leía en prensa, que un médico joven había adquirido la casa Macdonald, en en estado ya deplorable, reducida tan sólo a sus paramentos exteriores, y que se proponía reconstruirla tal cual era (Rehabilitación casa Macdonald.)







Ojalá podamos verla resurgir de este ostracismo.



Francisco Montero Escalera, en un recorrido por la Huelva de comienzos del siglo XX, se detenía en el diario Odiel a hablar de los centros hospitalarios de Huelva, dejando patente el afecto de la ciudad a estos doctores:
 "En todo buen onubense debe quedar perpetuada la memoria del doctor Mackay, fundador de la clínica de su nombre que montara a su expensa con todas las condiciones científicas e higiénicas que aconsejaba la cirugía moderna de la época y con su gabinete de microscopio correspondiente. Fue instalada la clínica en la calle General Bernal (antes Fuentes), secundado en la dirección al doctor Mackay el que también fuera eminente doctor don Juan Macdonald, auxiliados por los médicos don José García López y don Pedro Seras. Actuaba de practicante don José Ramos y de enfermera la distinguida Miss Cecilia Gullies. No obstante los cuantiosos gastos y desembolsos que se le ocasionaron al doctor Mackay para montar un establecimiento de tal índole en el que se trataba a los pobres de Huelva gratuitamente, cuando necesitaban cirugía mayor, nunca llegó a solicitar subvención de ninguna especie".

Pero no queda ahí la importancia del Doctor Mackay. Fue además el máximo impulsor de los deportes británicos desde su llegada a Huelva, organizando partidas de cricket y fútbol en los terrenos de marismas cegadas frente a la antigua Fábrica del Gas, germen de lo que, años después, se convertiría en el Huelva Recreation Club, del que fue directivo desde 1889 y presidente entre 1896 y 1924. Fue también el introductor del golf en nuestra capital, donando el primer trofeo conocido, en 1916, para la disputa de un torneo en Huelva entre los miembros de la colonia británica de Riotinto y la capital. A todas luces su nombre y el de la historia reciente de Huelva deben ir unidos.

La ciudad reconoció la labor de ambos doctores. En 1923 William Alexander Mackay recibió el título de Hijo Adoptivo de Huelva, dedicándoles, a él y su sobrino, una calle, la anteriormente conocida como Montrocal, instalándose para tal reconocimiento un precioso y artístico rótulo con los nombres de Mackay y Macdonald en la casa de los Litris, en la esquina de Montrocal con la calle San Sebastián, y al que ya hice referencia en mi post sobre el Barrio de San Sebastián:



La falta de escrúpulos, y de respeto se pone de manifiesto una vez más al demoler la casa de los Litri, y hacer desparecer también este rótulo de factura sin igual en Huelva.
Este singular hombre moriría en Escocia en 1927. Sus restos reposan en el cementerio de Logie Easter, y en su lápida hace referencia a Huelva.


Sin duda alguna unos de los grandes nombres de la historia de Huelva en el siglo XX que debería tener un mayor reconocimiento a día de hoy.